Una droga producida en masa en China se convirtió en el agua que rebalsó el vaso de la crisis del opioide y fentanilo de
Estados Unidos, creando un cóctel letal que pone en cada vez más peligro a la población.
Se trata de la xilacina, un poderoso sedante animal, cuya presencia en el suministro de drogas ilícitas está complicando
la respuesta de Estados Unidos a la crisis de los opiáceos, al desbaratar métodos de larga data para revertir las sobredosis
y tratar la adicción.
La xilacina puede causar heridas graves en la piel, pero aún no está claro si está provocando más muertes
como sugirieron los funcionarios en Washington, según los profesionales de la salud y las fuerzas del orden público
en la primera línea de los esfuerzos en Nueva Jersey, Nueva York y Pensilvania.
Sin embargo, existe un amplio consenso en que se necesita mucha más información para comprender el impacto de
la xilacina diseñar formas de interrumpir los suministros ilegales y desarrollar medicamentos para revertir sus efectos.
“No sabemos si la xilacina aumenta el riesgo de sobredosis o reduce el riesgo de sobredosis”, dijo el doctor Lewis Nelson de la
Escuela de Medicina de Rutgers New Jersey, quien asesora a los reguladores federales sobre la seguridad de los medicamentos.
“Todo lo que sabemos es que hay muchas personas que toman xilacina y muchas de ellas se están muriendo
pero eso no significa que la xilacina lo esté haciendo”.
En casi todos los casos, se agrega xilacina, un fármaco para sedar caballos y otros animales, al fentanilo, el potente opioide que
puede ser letal incluso en pequeñas cantidades.
Algunos usuarios dicen que la combinación, denominada “tranq” o “tranq dope”, produce un subidón más duradero, más
parecido a la heroína, que ha sido reemplazada en gran medida por el fentanilo en los mercados de drogas de EEUU.
Al igual que otros agentes de corte, la xilacina beneficia a los distribuidores: a menudo es más barata y más fácil
de conseguir que el fentanilo.
Los sitios web chinos venden un kilogramo por entre USD 6 y USD 20, sin receta médica.
Los productos químicos utilizados para producir fentanilo pueden costar USD 75 o más por kilogramo.
Los efectos de la xilacina son fáciles de detectar:
los usuarios experimentan un estado letárgico similar al trance y, a veces, se desmayan, exponiéndose
a robos o agresiones.
“Es una reacción tardía, podría estar caminando por la calle, son 45 minutos más tarde”, dice Dominic Rodríguez
quien no tiene hogar y lucha contra la adicción. “Luego me despierto, tratando de reconstruir lo que sucedió”.
Los reguladores estadounidenses aprobaron la xilacina en 1971 para sedar a animales con fines quirúrgicos
dentales y de manipulación.
En los seres humanos, la droga puede hacer que disminuyan los ritmos respiratorio y cardíaco.
También está relacionado con úlceras cutáneas graves y abscesos, que pueden provocar infecciones, descomposición
del tejido y amputaciones.
Los expertos no están de acuerdo sobre la causa exacta de las heridas, que son mucho más profundas que las que se ven
con otras drogas inyectables.
En Filadelfia, la introducción de la droga ha creado una serie de nuevos desafíos.
La naloxona, un medicamento que se usa para revivir a las personas que han dejado de respirar, no revierte los efectos
de la xilacina.
Los funcionarios de Filadelfia enfatizan que aún se debe administrar naloxona en todos los casos en que se sospeche una
sobredosis, ya que la xilacina casi siempre se encuentra en combinación con fentanilo.
Sin un fármaco de reversión aprobado para la xilacina, algunos grupos de prevención y asistencia a los adictos han comenzado
a llevar tanques de oxígeno para ayudar a revivir a las personas.
La xilacina puede ser adictiva y los pacientes que dejan de tomarla reportan síntomas de abstinencia severos, que incluyen
ansiedad y angustia.
No existe un tratamiento aprobado, pero los médicos han estado usando el medicamento clonidina para reducir la
presión arterial, que a veces se prescribe para la ansiedad.
Las heridas pueden dificultar que las personas participen en programas de tratamiento de adicciones, que normalmente no
tienen la experiencia para tratar lesiones profundas que pueden exponer tejidos y huesos.
Las autoridades federales de EEUU pidieron el 11 de julio que se realicen más pruebas e investigaciones sobre la xilacina
pero no llegaron a recomendar nuevas restricciones a la medicación veterinaria. (I)
La naloxona, un medicamento que se usa para revivir a las personas que han dejado
de respirar, no revierte los efectos de la xilazina (REUTERS/Brian Snyder/File Photo)
Fuente: evafm.net – infobae.com