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Thriller: el mayor legado de Michael Jackson

Luego de meses de trabajo, Quincy Jones, Michael Jackson y sus colaboradores se sentaron a escuchar las nueve canciones por primera vez. Todos en el cuarto A del estudio Westlake en Hollywood permanecían en silencio, a la espera de la reacción del cantante. Los ojos de Michael se llenaron de lágrimas. Sin dar ninguna explicación, se levantó de su asiento y salió del estudio. “Eso es todo. No lo vamos a lanzar. Llamen a CBS y digan que no habrá álbum”, le dijo a su gente.

Los representantes de la disquera entraron en pánico. Del otro lado del teléfono exigían tener el disco dentro de pocos días y, aunque no lo mencionaron, realmente esperaban que tuviera éxito, pues atravesaban una de sus peores crisis. A los pocos minutos, CBS Records accedió a esperar un par de semanas más, pues, al igual que Michael, sabían que el álbum debía empezarse casi desde ceros.

Años después, el cantante recordaría en su biografía, Moonwalk, que las canciones sonaban mal debido a las mezclas y arreglos que habían hecho afanadamente, todo por cumplir con la fecha límite exigida por la disquera. “Es como tener una gran película y arruinarla en la edición. Algunas cosas no se deben apresurar”, escribió.

El álbum perfecto

Una puerta oxidada se abre a lo lejos. Por poco el chirrido oculta los pasos de alguien que se acerca lentamente. Afuera se escucha el aullido lastimero de un lobo y es silenciado por la caída de un relámpago. El viento sopla y se hace cada vez más fuerte mientras que una leve percusión le da el ritmo a la escena. El sintetizador entra con toda su potencia.

Cause this is thriller!, thriller night. And no one’s gonna save you from the beast about to
Strike

Así comienza el coro de Thriller, la historia de una chica asustadiza cuyo novio promete protegerla de cualquier criatura que la aceche en medio de la noche. La canción, compuesta por Rod Temperton, está acompañada por efectos de sonido típicos de las películas de terror y al final por la inquietante risa de Vincent Price, elementos que la consolidaron como un ícono del Halloween durante décadas.

Quincy Jones, productor del proyecto; Bruce Swedien, el ingeniero de sonido y el propio Jackson tuvieron que rediseñar todos los arreglos desde el comienzo. Trabajaron de a dos canciones por semana hasta que finalmente, el 30 de noviembre de 1982 salió a la venta un elepé que tenía en su portada al cantante sentado en el suelo con chaqueta y pantalones blancos.

Las ocho canciones restantes no tenían nada que ver con monstruos o muertos vivientes. Cada una fue pensada para un público en particular:

Billie Jean fue su gran éxito, no solo por la singularidad de la letra sino también por haber sido el complemento perfecto entre baile y música. Esta canción enmarcó pasos de baile icónicos de Michael Jackson como su movimiento de pelvis y el famoso Moonwalk o caminata lunarun paso de break dance que pronto se convirtió en uno de sus sellos personales.

Con Beat it, Jackson y Quincy Jones buscaron acercarse a la audiencia rockera. La participación del guitarrista Eddie Van Halen haría de esta una de las canciones más aclamadas. Por su parte, la balada The Girl Is Mine brilla por la colaboración del ex Beatle Paul McCartney y para algunos críticos fue una apuesta directa al público blanco de habla inglesa.

Wanna Be Startin’ Somethin’ fue de las pocas en heredar los sonidos del anterior álbum de Jackson, Off The Wall. Otras canciones como PYT (Pretty Young Thing), Human Nature y The Lady in my life, mantuvieron elementos del R&B gracias a la insistencia de Jones.

El disco en sí no tenía una forma definida. No era una apología a lo oculto, como lo insinuaba el nombre, ni tampoco abarcó un solo género musical. El dúo buscó crear un conjunto de buenas canciones que pudieran llegarle a todos los públicos por igual. Y lo consiguieron. Habían creado el “álbum perfecto”.