Romeo Santos, íntimo: «La propuesta más indecente me la hizo un chico en Colombia»
De cantar en el coro de una Iglesia a llenar estadios y vender miles de discos batiendo récords en la música y consolidándose como El Rey de la Bachata.
De esa manera Romeo Santos (36) vuelve a salir a la cancha con su tercer álbum solista, Golden.
El nombre del disco tiene muchos significados, pero el más llamativo es que, según el cantante, se encuentra en una época dorada.
Las colaboraciones de Daddy Yankee, Juan Luis Guerra y el emblemático Julio Iglesias hacen de este disco un fenómeno al reunir distintas voces de géneros variados.
Y el sencillo «Imitadora» se colocó en lo más alto del Latin Airplay de Billboard, destronando en su cuarta semana a Despacito.
Llevando como bandera la bachata, música tradicional de República Dominicana, Romeo Santos demuestra que no se conforma con lograr lo que siempre soñó, sino que va por más.
De aquel chico de 17 años que, ya siendo padre, tuvo que elegir entre la escuela y música, a este debut en el cine con la película Rápidos y furiosos 7.
—¿Cómo vivís este momento?
—Es muy bonito poder volver a la Argentina y ver el cariño que me ofrece mi público.
—¿Cómo surgió tener tantas colaboraciones en el disco?
—Se fue dando. Cuando ya tenía un concepto pensé que Nicky Jam y Daddy Yankee serían buenos en esto, y les hice el acercamiento.
Fueron tremendos. Súper amables conmigo.
Con Julio Iglesias fue un atrevimiento mío porque me invitaron a su disco, a una producción de duetos con clásicos suyos, y yo le dije que me gustaría hacer un tema inédito.
—¿Julio Iglesias nunca se imaginó de que hablaba la canción «El amigo»?
—No, no se lo imaginó. Tampoco entendía mucho de qué se trataba porque era un mensaje subliminal.
Y cuando llego a Nueva York me llama y me dice: «¿No le habrás escrito una canción al pito?».
Y pensé que se iba a enojar, pero me dijo: «¡Eres un genio!».
—¿Creés que la gente entendió de qué se trataba la canción?
—Ya se venía como ese morbo. Me llegaban conversaciones en donde la gente lo sospechaba.
Pero me di cuenta de que, cuando lo notó, al público le fascinó.
—En la canción «Sin filtro» decís que las críticas no te duelen. ¿Es realmente así?
—No se trata de si me duele o no me duelen las críticas, sino que es más un desahogo de cosas que, quizás, no suelo hablar tanto porque no le debo poner tanta energía y tanto interés a las opiniones negativas.
Pero en esta canción quise desahogarme y reciclar, sobre todo, lo que dicen mis fanáticos para defenderme.
—Tus fanáticos dicen que sos un illuminati y arrogante. ¿Es mentira?
—Sí. Son realmente cosas ignorantes.
—¿No te pesa la mirada del otro?
—No. Es un desahogo en una canción. No me quita el sueño ni me afecta en nada.
—Otra parte dice: «Hice todo menos caminar sobre la Luna». Pero, ¿realmente lo hiciste?
—No. Me falta mucho.
—¿Qué te falta?
—Estoy ansioso por volver a la Argentina y hacer cosas más grandes en producción, seguir creciendo igual en los Estados Unidos, en México.
Lo que quiero es hacer mejores videos, escribir mejores canciones y superarme a mí mismo.
—Qué impresionante que siendo el «Rey de la Bachata» quieras más. ¿Sos muy autoexigente?
—Tengo un defecto y una virtud que van de la mano: ser perfeccionista.
Porque lo negativo de ser es que uno nunca va a ser perfecto.
Y tampoco quiero serlo. Quiero que mi trabajo, que mi contenido musical, sea lo más apropiado y que tenga un balance también porque no te hablo de una canción, sino de una producción entera. Quiero que la gente consuma mi producto y que pueda percibir que no le gusten estas canciones, le gusten otras, y que puedan apreciar que es un buffet musical.
—¿Por qué el álbum se títula Golden?
—Hay bastantes motivos por los cuales lo llamé Golden.
Estaba en una grabación con un ingeniero amigo y me dice en inglés: «¡Wow!», ese sonido es de oro.
Quiero que la gente perciba mi producto, mi música como que este es mi tiempo dorado.
—Hace poco te escuchaba decir que no te gustaría que tu hijo fuese cantante o que esté dentro del rubro de la música. ¿Por qué?
—Si elige ser cantante lo voy apoyar con la misma energía que si decidiera ser bombero o policía.
Pero la música es un negocio muy difícil.
No quisiera que mi hijo pase por los obstáculos y cosas feas que yo he pasado.
—¿Qué cosas difíciles pasaste?
—Soy una persona muy sensible que se estresa bastante.
Es un negocio difícil en donde necesitas un carácter muy firme, muy fuerte, y si no lo tienes te puedes agobiar.
—¿La fama te sacó algo?
—Yo sé separar lo que es Romeo el personaje y Antonio, el ser humano.
Trato de entender que mi música es realmente lo que está conectando, que yo como hombre soy igual que todos y obvio que tengo una responsabilidad de tratar de lucir bien, de animar, de entretener a mi público.
Vendo la película, pero no me la creo.
—Y del chico que cantaba en la iglesia en el Bronx, ¿todavía seguís teniendo algo?
—Claro. Porque empecé en el coro de la Iglesia cantando y hoy en día sigo cantando.
Ahí fue que empecé realmente a desarrollar esa inquietud de cantar melodías.
—¿Por qué elegiste la bachata?
—No quiero sonar cliché pero yo no elegí la bachata.
La bachata me eligió a mí. Yo escuchaba de todo pero no quise ser rapero, no quise ser baladista.
Por eso digo que la música me llamó.
—Todos los músicos o cantantes buscan transmitir un mensaje en sus canciones. ¿Cuál dirías que es el tuyo?
—Son varios. Como te puedo cantar de amor, de desamor, te puedo cantar de cosas que son totalmente distintas.
En este disco tengo un tema que se llama «Reina de papi», que es donde un padre manifiesta lo sobreprotector que es con su hija, que ya no es una niña, que es una mujer.
Y he tenido canciones, como «No tiene la culpa», sobre la igualdad de género. Amo a los heterosexuales y a los homosexuales: yo no divido, amo al que me ama a mí.
Otra canción que es un clásico, «Aventura», habla de la violencia doméstica.
—¿Te gustaría volver a ser padre?
—Claro. Ahora mismo mi único bebé y mi única prioridad es Golden, pero en un futuro. ¿Por qué no?
—¿Y qué propuesta indecente te hicieron a lo largo de tu vida?
—Una propuesta indecente que me hicieron vino de un chico de Colombia: me dijo si quería estar con su novia porque ella me amaba.
Al principio me reía, «¡Qué chistoso este chico!», a lo que me dice: «Esto es en serio, es de verdad, yo te pagaría para que estés con mi mujer».
No acepté porque era un poco raro, pero la chica estaba divina. Hubo mucha tentación.
—¿En el amor te va bien?
—Muy bien.
—¿Ahora estás soltero?
—Siempre.
—¿En qué países vas a estar próximamente?
—Voy a estar en toda Latinoamérica, también Estados Unidos.
Lo que no tengo son las fechas aún porque estamos planificando la gira.
Pero en unos dos meses estamos anunciando la gira internacional.
Fuente: infobae.com