FARANDULA INTERNACIONAL

Rafael Amaya regresa en la piel de ‘El Señor de los Cielos’

Rafael Amaya lleva seis años conviviendo con el Señor de Cielos.

Su primera aventura, el hoy icónico Aurelio Casillas, la comenzó con una lectura de guión en 2012 y después de seis temporadas asegura que mientras más pierde el personaje, más gana el actor. Aún así, no ha sido un proceso fácil.

“El Aurelio Casillas de aquella primera temporada (estrenada en abril de 2013) era un niño muy ingenuo”, dice Amaya a El Nuevo Herald durante una entrevista exclusiva, en la Ciudad de México.

“Él tenía el sueño de que podía tener mucho dinero y retirarse con su familia. No lo logró. Así es ese mundo”.

Casi sin voz y prácticamente recién bajado del avión, después de filmar lo que describe como “escenas increíbles” en Estambul, Turquía, Amaya recuerda sus días iniciales como Casillas con cariño.

Habla del personaje inspirado en el fallecido narcotraficante mexicano Amado Carrillo Fuentes con el cariño que se le tiene a ese amigo que va por el mal camino.

Lo criticas, pero lo quieres. Rechazas sus acciones, pero si te pones en sus zapatos lo entiendes.

En ciertas cosas lo admiras, pero también le tienes una dosis importante de lástima.

“Esa ingenuidad que era parte del personaje es lo que lo conectó inicialmente con la gente”, asegura.

“Pero la ha ido perdiendo cada vez más con cada temporada. A medida que le han matado a sus seres queridos se ha ido endureciendo y endureciendo”.

Es parte del mensaje que los involucrados en la serie dicen que lleva.

“Los que dicen que presenta la vida glamorosa del narcotráfico no la han visto.

La vida de Aurelio Casillas no es ni para emular, ni para envidiar”, subraya Amaya.

El proceso de robarle la humanidad a Aurelio Casillas se ha completado en la sexta temporada, cuando los hombres de su archienemigo El Cabo (Robinson Díaz) le matan hasta a sus nietos. “Ahora él es otra cosa.

Es un guerrero. Es un Rambo. Dispuesto a todo”, subrayó Amaya, quien para afrontar los nuevos desafíos físicos que requiere su personaje ha ganado músculos y se ha preparado con cuidado y disciplina.

Sin embargo, rechaza que sea él quién más ha arriesgado en las demandantes escenas en las que hemos visto a Casillas lanzarse desde precipicios, hacer zipline (tirolesa) sobre violentos ríos y hasta pasar largos ratos bajo el agua en escenarios naturales. “No es la parte más agradable”, reconoce el actor de 41 años. “Hemos pasado calores y fríos intensos, pero los que de verdad son extraordinarios en ese tipo de cosas son los stunts (Dobles especializados en escenas de acción)”.

“Tenemos un gran equipo de trabajo”, señaló Amaya, quien elogia a toda la producción, comenzando justamente por sus dobles. “Ellos son los que arriesgan la vida por nosotros. Los que se encargan de que todo se vea como debe ser, los que se hacen pasar por mí en las escenas más duras y se aseguran de que yo me vea bien. Ellos tienen todo el crédito”.

Con la misma generosidad se refiere a sus compañeros actores y a los tres directores que manejan la sexta temporada de El Señor de los Cielos, el venezolano Carlos Villegas, el mexicano Moisés Urquidez y el colombiano Miguel Varoni, quien también actúa rescatando a Leandro Quezada, su personaje de Dueños del Paraíso.

Reserva los mayores elogios para el guionista venezolano Luis Zelkowicz, quien “cada vez me da más”, manifiesta en referencia a la complejidad que ha ido cobrando Aurelio Casillas. También le admira como en cada temporada se incorporan más hilos atándola a la vida real. En la sexta se explora la realidad del narcotráfico entre México, Colombia, Venezuela, Cuba y Estados Unidos.

“Estamos explorando la relación entre narcotráfico y estado y como a mayor presencia más fallido es ese estado”, explicó Zelkowicz a El Nuevo Herald.

El mismo paralelismo va hacia la personalidad de Casillas y del resto de los personajes principales.

El primer episodio incluyó un beso gay, durante una orgía, entre el presidente ficcionalizado de México y su asistente.

La camaradería del equipo es evidente. Durante las grabaciones en el Hospital de Jesús, en el centro de la Ciudad de México, que se convirtió en un centro de salud en La Habana y donde se realizó la entrevista, el compromiso con lo que saben la serie más vista en la televisión en español de Estados Unidos y la punta de lanza de la programación de Telemundo es claro.

Una delicada escena llevó varias horas.

Después de profesionalismo, la mejor palabra para describir la experiencia es paciencia.

Amaya sabe que está haciendo historia. Ha vuelto a poner los pies en la tierra, después de volar con el huracán que trajo a su vida el éxito mundial de El Señor de los Cielos. Se declara “afortunado”. Hay cosas que ha ganado “muchas” y otras que ha dejado en el camino desde que comenzó la aventura con Aurelio Casillas.

“Si alguien se pusiera en mis zapatos entendería lo que estoy pasando”, indica Amaya. “Vas cambiando con el personaje. Vas agarrado de la mano (con él) y es algo mágico. Es algo que no ves a diario. Es una cosa que te hace reflexionar”.

Desde 2016 ha descartado más trabajo de actor entre temporadas. Estudia, descansa, se concentra en la familia y en sus negocios. Su línea de ropa Rafael Amaya Western Style se ha expandido hasta desarrollar líneas de zapatos, para mujeres y otra de “luxury” para caballeros. Hasta 2015 intentaba hacer otro tipo de proyectos artísticos entre temporada y temporada. Así interpretó a Frank Sinatra en la película de Cantinflas, en 2014. Sin embargo, aprendió que tiene que desconectarse.

“Si no, ves que pasaron 10 años y te ves y te preguntas qué ha pasado aquí”, reconoce. No es lo que quiere. “Estoy aprovechando esto todo lo que puedo. Bueno, al menos es lo que espero”.

Aun así, dice que no es un hombre que se preocupe por el futuro. “No sé ni lo que voy a comer hoy.

No sé cuándo se me va a mejorar la voz o cuando se va a acabar esto”, afirma muy consciente de lo rápido que pueden producirse los cambios en el negocio de la televisión.

“Vivo los momentos al cien” y plantado en el presente porque según admite “es lo único que puedo manipular”.

Aunque en esta sexta temporada Casillas no está pasando por su mejor época, le persiguen sus enemigos y hasta está en la mira de la DEA y de una fiscal neoyorquina interpretada por María Conchita Alonso, Amaya afirma que es una vez más una experiencia extraordinaria. “Me gustan las series en las que hay que sobrevivir.

En las que el personaje es un luchador”, explica y se siente más identificado que nunca con su personaje: “Cuando un animal te ataca no le corres o te quedas callado.

Te defiendes. Es mi sentimiento (y el de Casillas). Luchar es sobrevivir, nada más.

Eso de que la mejor arma es salir corriendo no es cierto. Hay que atacar”.

AURELIO_PR14091.jpg

Rafael Amaya
Telemundo Foto de cortesía
Fuente: elnuevoherald.com