Nueva ofensiva dialéctica de Corea del Norte
Al ordenar la séptima prueba nuclear subterránea, el líder norcoreano, Kim Jong-un, continúa con su conocida inclinación de
mantener en vilo a los que considera sus enemigos.
En virtud de ello las potencia occidentales y su vecina Corea del Sur se muestran preocupados por la escasa información que
disponen sobre los próximos pasos de Kim.
En respuesta, la acción inmediata que instrumento Corea de Sur ante la amenaza fue desplegar todo su sistema contra-ofensivo
que se encuentra en alerta máxima desde el pasado lunes.
Sin embargo, la mayor preocupación tanto en Seúl como en Washignton se centra en información de inteligencia que indica
una alta probabilidad de que el líder norcoreano este emplazando armamento nuclear táctico en la zona desmilitarizada que
dividió a Corea del Norte de Corea del Sur desde la Guerra de Corea.
Si esa es la situación que se propone Kim, dos bases estadounidenses quedarían a merced de sus armas tácticas y se convertirían
en objetivos vulnerables como es el caso de Camp Humphreys, la sede de las fuerzas estadounidenses desplegadas en Corea de Sur
y lo propio ocurriría con la Base Aérea de Osan, sede de la 7° División de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Ambas bases se encuentran distanciadas a menos de 60 kilómetros una de la otra y a no más de 120 kilómetros de la zona desmilitarizada.
Lo mismo ocurriría con el Comando de Naciones Unidas (ONU) estacionado cerca de la zona desmilitarizada, situado a escasos kilómetros
del área no militar que divide las dos coreas.
Las tres bases quedarían dentro del rango de alcance de los misiles norcoreanos y se convertirían en blancos de fácil acceso. (I)
Fuente: evafm.net