Lenín Moreno, el amigo de todos
Lenín Moreno, el presidente que compartió y heredó el poder del Socialismo del Siglo XXI, de la mano de su antecesor y examigo entrañable Rafael Correa, dio ayer el paso final en su renuncia a la izquierda política y el formal acercamiento con Estados Unidos.
Mike Pompeo, el secretario de Estado de Estados Unidos, reconoció las ganas de Moreno de cruzarse al camino del “desarrollo”, demostradas “en su empeño en respaldar el libre comercio, la seguridad y la democracia”.
Las flores fueron echadas en Guayaquil, en una fría sala del hotel Hilton Colón, durante una rueda de prensa en la que, en cambio, se volvieron a calentar los lazos de las relaciones entre ambos países, ocho años congeladas por un gobierno del cual, el ahora mandatario ecuatoriano, fungió la mitad de ellos como vicepresidente.
Son días nuevos para la vida diplomática de Ecuador, y Moreno se encargó de sacudirse los malos recuerdos de su anterior partido durante los minutos que duró la declaración conjunta. Lo hizo con su arma predilecta, el diálogo, ese recurso que cree que le funciona y que lo ha llevado a asegurar que, ahora, “somos amigos de todos los países del mundo”.
Pero Moreno tiene preferencias y no escatima en exponerlas, mucho menos en el momento en que tiene al lado al representante de la primera potencia mundial.
“Las relaciones, antes, lastimosamente eran direccionadas por la ideología llamada Socialismo del Siglo XXI, que de socialismo no tenía nada.
Hemos refrescado las relaciones con todos los países, pero, por supuesto, hemos de dar preferencias con los países con los que tenemos muchas cosas en común, como con EE. UU.”, resumió el primer mandatario.
“La relación con China es buena”, respondió a una periodista que recordó que Correa tenía otras preferencias al momento de afianzar relaciones.
China, continuó, es el mayor acreedor y hay un acercamiento amistoso, aunque precisó que se han expuesto diferencias por los altos intereses y los cortos plazos en los que se debe pagar la deuda con el país asiático, que hoy asciende a seis mil millones de dólares.
Aún así, el espíritu amistoso de Moreno lo hizo instar a Estados Unidos a llevar un diálogo con la potencia asiática, con la que tiene diferencias.
“Cuando los grandes discuten, los pequeños pagan las consecuencias”, recordó con esa voz de padre consejero que lo caracteriza.
El secretario de Estado de Estados Unidos no se guardó los aplausos para el mandatario ecuatoriano.
En mayo, el diálogo político bilateral expandido puso fuerza en la lucha antinarcóticos, corrupción, desarrollo económico y otros ítems, recordó Mike Pompeo, antes de sacar a la mesa su artillería de elogios para Moreno
Con el país, la relación bilateral resurgió gracias a un liderazgo extraordinario en ambos países.
“Felicitaciones a Ecuador porque antes de que Moreno y Donald Trump asuman el nuevo poder, no había sostenido un diálogo bilateral en ocho años”.
“Usted logró que este país retornara al camino de la mayor prosperidad, seguridad y para una democracia más sólida, esperamos con ansias un futuro más brillante y una asociación más dura”, soltó Pompea, risueño.
Durante su intervención, recordó algunos avances significativos que se han logrado en los últimos dos años con Ecuador.
Puso como ejemplo el éxito en desarticular el narcotráfico a través del programa de aeronaves de patrullas marítimas lanzado en septiembre.
“Se decomisaron 24 toneladas de droga en el Pacífico”, reseñó, ayudado por una hoja impresa.
También habló de la iniciativa de contenedores seguros, que permite intercambiar información de embarques ilícitos, y de la posibilidad de trabajar de forma mancomunada en otras materias.
Para ese fin, el secretario interino del Departamento de Seguridad de Estados Unidos profundizará la cooperación con una visita al país, adelantó el funcionario.
Moreno aprovechó que se tocó el tema para aclarar que “equivocadamente algunos periodistas han manifestado que Estados Unidos está poniendo una nueva base aérea norteamericana” en Galápagos.
“No es verdad. Pero hay que considerar que la lucha contra el narcotráfico que se hace en el mar necesita aviones que el Gobierno norteamericano proporcionó para detectar a estos delincuentes.}
Y estos aparatos, requieren un sitio donde abastecerse y donde aterrizar”.
Mike Pompeo no llegó solo a Guayaquil. Los lazos diplomáticos con Ecuador vinieron reforzados desde Argentina.
La ministra del Interior, María Paula Romo, acudió junto a él a la Conferencia de Lucha Contra el Terrorismo en Buenos Aires.
Allí, en Argentina, el secretario de Estado de Estados Unidos también se reunió con el presidente Mauricio Macri.
La reunión entre Pompeo y Moreno también abordó temas de democracia y economía y fue a puerta cerrada.
A la cita acudieron otros funcionarios, como el canciller de Ecuador, José Valencia.
El diplomático estadounidense recorre Latinoamérica. México y El Salvador también están en su agenda.
La visita a Guayaquil contempló una reunión con empresarios de la Cámara Ecuatoriano Americana. (I)
Fuente: expreso.ec