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Las filtraciones como estrategia

Las filtraciones como estrategia. En el último año, la difusión de audios y videos, sobre todo en redes sociales, ha ‘delatado’ a funcionarios públicos o ha servido como ‘prueba’ de supuestos casos de corrupción. Algunas se han judicializado y otras han terminado con destituciones y renuncias.

La última en la lista tiene como protagonista al asambleísta independiente Eduardo Mendoza.

Él admitió haber grabado una conversación sobre la presunta compraventa del cargo de ministro de Agricultura y luego haberla enviado de forma anónima a la Presidencia de la República.

Lo hizo, aseguró el jueves, como parte de su tarea de fiscalización aunque no explicó por qué recurrió al anonimato.

El caso ya está en conocimiento de la Fiscalía, como publicó ayer EXPRESO. Hay un pedido de investigación presentado por el Ejecutivo y otro por los militantes del movimiento CREO.

Ayer, un segundo audio insinúa los motivos que habría tenido Mendoza: su supuesto interés por alcanzar la Prefectura de Los Ríos, ahora ocupada por Marco Troya.

Este Diario buscó ayer al legislador, pero no atendió su teléfono celular.

Este audio es solo el último de la cadena.

El escenario político local ha sido sacudido varias veces por escándalos derivados de filtraciones.

Uno de los más memorables de la última década incluso se ganó un nombre propio: “los pativideos”.

¿El protagonista? El correísta Ricardo Patiño, quien grabó una reunión con tenedores de bonos.

Fue en 2011 y se convirtió en uno de los mayores escándalos del gobierno de Rafael Correa.

Lenín Moreno, en cambio, ha visto a dos cercanos colaboradores obligados a dar explicaciones por comentarios que hicieron en reuniones (que, seguramente, ellos presumían que eran privadas): Eduardo Mangas y Miguel Carvajal. A uno de ellos, esa publicación, le costó el cargo.

Eduardo Mangas, exsecretario del primer mandatario y esposo de la canciller, María Fernanda Espinosa, reconoció en una reunión que Alianza PAIS no ganó las elecciones presidenciales de 2017.

La oposición tomó la difusión de ese audio, como una prueba del fraude y llevaron el caso a la Fiscalía.

La investigación, sin embargo, ha sido lenta: recién la próxima semana se realizará el reconocimiento de firmas de los denunciantes. Él renunció.

Otros dos funcionarios también perdieron sus puestos tras publicarse un audio grabado, supuestamente, sin autorización.

José Serrano fue sacado de la presidencia y Carlos Baca Mancheno fue destituido de la Fiscalía.

Este caso también está bajo la lupa de la justicia aunque sin resultados todavía.

Hasta ahora, las filtraciones solo han tenido consecuencias políticas.

El correísmo –acusado en su tiempo de manejar una red de espionaje contra sus opositores con grabaciones incluidas– también intentó posicionar denuncias usando audios filtrados.

Lo intentó para echar abajo la consulta popular de febrero.

No tuvo éxito ni legal ni político.

Fuente: expreso.ec