Jesse & Joy con Gaviota de Plata y Oro en Viña del Mar
La nostalgia se apoderó de Jesse & Joy incluso antes de pisar por segunda vez la tarima de la Quinta Vergara, en la jornada del viernes 23 de febrero. El escenario en Viña del Mar les trae a los hermanos Huertas los recuerdos de su hogar; y casi desde el comienzo del show compartieron con el público un sentimiento que lleva guardado algo más de cuatro años, cuando debutaron en el festival recién ocurrida la muerte de su padre.
El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, en Chile, fue en ese entonces un motor para Jesse & Joy, porque a pesar de la tristeza salieron a convencer al público de que siempre el espectáculo debe continuar y la música no puede tener freno. Este viernes la dupla provocó lo mismo y ya sin el dolor tan a flor de piel, hizo que la gente se conectara con sus letras y aplaudiera cada interpretación.
El repaso musical por los trece años de historia de la banda fue efectivo porque los hermanos realizaron una mezcla entre esas canciones que los empezaron a ubicar en el ámbito internacional a finales de la década pasada, pero no se olvidaron de creaciones recientes que el público también cantó sin el menor asomo de prudencia. El auditorio, abarrotado por personas de todas las edades, sucumbió con facilidad ante el colorido de la propuesta de Jesse & Joy.
El denominado “Monstruo de las mil cabezas”, ubicado en el segundo nivel de la Quinta Vergara cuya fama transciende fronteras y se multiplica con el paso de los años, fue más bien benévolo con el dueto. A la tercera canción ya estaba entregado por completo a las ocurrencias artísticas de los Huertas, coreaba sus temas más emblemáticos y, sin mucho preámbulo, mostró que es tan vulnerable como cualquier auditorio del planeta cuando le tocan las fibras.
La voz de Tirzah Joy Huerta irrumpió con una versión enérgica del tema No soy una de esas, que el dueto hizo popular hace un par de años con la participación del español Alejandro Sanz. Más tarde, Jesse Eduardo Huertas empezó a hacer gala de su condición de multi instrumentista; detrás del piano o con la guitarra colgada del hombro exhibió sus destrezas mientras que la banda conformada por vientos y percusiones hacía el acompañamiento de rigor.
Sobre el escenario de la Quinta Vergara desfilaron canciones como Con quien se queda el perro, Corre, La de la mala suerte y Me soltaste, que provocaron que el público juntara sus pulgares y agitara los demás dedos de la mano de arriba abajo simulando el vuelo de una gaviota, señal inequívoca para que los anfitriones, Carolina de Moras y Rafael Araneda, les otorgara, en primera medida, la famosa Gaviota de Plata.
Con el reconocimiento en la mano, Jesse & Joy invitaron al escenario a Gente de Zona para hacer una versión en vivo de su tema 3 a.m., lo que representó uno de los momentos más enérgicos de la noche. El auditorio también se encendió con Espacio Sideral, tal vez la canción con la que el dueto empezó a expandir su reconocimiento en América Latina.
El público reconoció la entrega de los artistas y quiso aplaudir su labor motivando la entrega de la Gaviota de Oro. Los presentadores, de nuevo, le hicieron caso a las mayorías y este galardón también quedó en poder de los hermanos Huertas. La presentación del dueto culminó con el mismo tinte nostálgico con el que arrancó y Joy, con lágrimas y con la voz quebrada, interpretó Mi tesoro.
* El periodista fue a Viña del Mar por invitación de Turner.
Fuente: elespectador.com – youtube