Cadáveres empiezan a flotar en Houston
Los cadáveres empiezan a aparecer flotando, en medio de las fuertes lluvias de la tormenta Harvey que continúan anegando el sur de EE.UU., cinco días después de su llegada. Se calculan al menos 30 muertos, mientras se desconoce el paradero de cientos de personas. La magnitud del daño aún es incierta.
El cadáver de una mujer fue hallado flotando cerca de una zona residencial del sureste de Texas. Otros seis cuerpos de miembros de una misma familia, cuya camioneta fue arrastrada por la corriente el pasado domingo, fueron hallados ayer.
Los socorristas trabajan contra reloj para encontrar sobrevivientes.
Mientras, la búsqueda de desaparecidos se torna más angustiosa con el paso de las horas. Fotos con peticiones de ayuda para encontrarlos se publican y comparten miles de veces en redes sociales, sus familiares temen que sus seres queridos puedan estar muertos.
Parientes buscaban a Rubén Jordán, un exentrenador de fútbol que desapareció el sábado mientras ayudaba a rescatar gente de las inundaciones. “Por favor, ayuda”, decía un anuncio en Facebook y Twitter. Pero tras 48 horas de búsqueda, la Policía notificó su deceso a su familia. No hay una cifra oficial de desaparecidos.
La situación de los refugiados es otro drama. Muchas personas que escaparon de las crecidas de los ríos arribaron al Centro de Convenciones George R. Brown. Había unas 10.000 en el centro, con capacidad para 5.000. Se terminaron los catres, algunas dormían sobre toallas, mantas y pedazos de cartón. La noche del martes fue mucho más ruidosa, más atestada y, en ocasiones, más caótica y con más personas arribando. “Es un infierno”, dijo Kevin Perkins, quien había dormido en el suelo.
Otros dos albergues se abrieron para recibir a los que no cabían. Un telepredicador abrió su iglesia, un estadio de 16.000 asientos, tras recibir críticas por no ayudar a los desplazados.
Más de 30.000 personas se habían refugiado en albergues, según la agencia para la gestión de emergencias FEMA.
En tanto, el alcalde de Houston, Sylvester Turner, decretó un toque de queda para impedir saqueos en los miles de hogares evacuados por Harvey, que también golpeaba con fuertes lluvias a Luisiana.
Paralizada refinería
La mayor refinería del país cerró por completo por inundación en la planta de producción de 603.000 barriles por día de crudo en Port Arthur, Texas, informó la propia compañía.
Harvey golpeó aún más al corazón de la industria energética estadounidense causando escasez de combustible y altos precios de la gasolina que podrían continuar por semanas. (I)
195
mil personas han pedido ayuda económica al Gobierno.
Impacto en petróleo
Los precios del petróleo cayeron debido a una menor demanda luego de que las inundaciones y daños provocados por la tormenta tropical Harvey obligaron al cierre de casi un cuarto de la capacidad de refinación de Estados Unidos, lo que a su vez llevó los futuros de la gasolina a máximos en dos años.
Fuente: eluniverso.com