Cada mes 150 emprendedores optan ser banqueros del barrio
Ver cómo crece un sueño otorga impulso para continuar. Ello explica el placer que se dibuja en el rostro de Guillermo Lasso cuando llega a Flor de Bastión para entregar la placa al negocio 6.200 del Banco del Barrio. Lo acompaña Angelo Caputti, presidente ejecutivo del Banco de Guayaquil.
Antes de llegar, ambos recuerdan aquellos días del 2008 en que los dos planificaban implementar este servicio que acerca la banca al cliente y que es “un ganar-ganar para todos”. Una tienda ve crecer sus ventas en un 40 % y el cliente ahorra tiempo y el costo del transporte cuando la transacción bancaria la efectúa cerca de su domicilio.
Los rostros de Lasso y Caputti denotan alegría al recordar que el primer Banco de Barrio en Quito fue en el negocio de Luis María Yanchapatza, y en Guayaquil, en el local de Carlos Morocho. Por esos días, recuerdan, no se veía el potencial que tenía este modelo de negocio, pero ellos apostaron por él y los resultados se ven en cada tienda, en cada pueblo, en cada parroquia donde ahora se ofrece el servicio bancario.
El que recuerden los nombres de los precursores indica que los emprendedores no son solo una cifra, sino que son muy apreciados por la entidad.
El Banco de Guayaquil tiene la meta de terminar el año con 7.500 puntos del Banco del Barrio, pero la aspiración para el 2020 es llegar a tener 15.000. “Se estima que cada mes 150 emprendedores optan por ser banqueros del barrio”.
Al principio se llevaban a cabo pocas transacciones, pero ahora los puntos aceptan todos los pagos que se pueden hacer en una agencia del Banco Guayaquil.
“Es lo que se llama un corresponsal bancario, que en este caso se llama Banco del Barrio y es por eso que hacemos más de cuatro millones de transacciones al mes”, dice Caputti. También resalta que serían la cuarta o quinta empresa con la que gana más dinero el tiendero, tanto por el tema de las comisiones como por el tráfico de personas que se genera.
Otra ventaja, dice el banquero, es que las industrias, cuando se percatan de que el Banco del Barrio les da crédito, les dejan los productos para que los paguen después. El sur de Quito es donde hay más de estos puntos de pago. En segundo lugar está Guayaquil.
Al llegar a la tienda Edynor empiezan los saludos cordiales, cargados de emociones. A unas cuadras de allí visitan otras tiendas. En una los reciben con fotos del recuerdo, tomas de hace nueve años. Las palabras de estímulo se desbordan.
Uno de los emprendedores, Leonel Correa, de 28 años, muestra que empezó trabajando a los 20 en la tienda del suegro, luego se puso una ferretería y su tercer negocio es el servicio automotriz. Así han aprovechado los microcréditos y la ventaja de ser banquero del barrio. Leonel da trabajo a dos personas. Para Lasso y Caputti, estas son las historias que hacen que el Banco de Barrio tenga sentido de existir.
Ecuador tiene una bancarización del 33 %, cuando es del 100 % en Panamá y del 60 % en Perú y Colombia, dice Caputti. De tal manera que se debe trabajar en bancarizar y esto va más allá de transacciones y microseguros; implica también ofrecer educación financiera y estimular el ahorro, lo que se impulsa con la Cuenta Amiga que se abre en el Banco del Barrio.
El recorrido por las tiendas termina con abrazos entre los banqueros del barrio y los banqueros Lasso y Caputti.
La visión
Formalizar un negocio en minutos
Guillermo Lasso, creador del Banco del Barrio y del movimiento CREO, considera que se debe eliminar los impuestos para quienes quieren abrir un negocio nuevo y que la meta es hacer que todos los trámites sean virtuales, “que en minutos un nuevo negocio pueda estar formalizado”, dice.
Para él es fundamental enfocarse en estimular el empleo, el emprendimiento y la innovación. “Para ello se requiere un gobierno innovador, que impulse la economía del país y apoye al emprendedor”. (I)
Fuente: expreso.ec