En el corazón de la política mexicana, una figura se destaca: Xóchitl Gálvez.
La mujer indígena, con un rostro ancho y una historia de superación, está desafiando el status quo
y sacudiendo las estructuras tradicionales del poder.
En una reciente entrevista con David Ignacio para The Washington Post, compartió su viaje
desde sus humildes comienzos hasta su actual posición como principal candidata de la oposición.
Criada en la pobreza extrema, Xóchitl Gálvez desafió las expectativas y las protestas de su padre
alcohólico y abusivo para estudiar matemáticas.
Su valentía se manifestó temprano: a los 17 años defendió su honor contra un atacante
en Iztapalapa, uno de los barrios más violentos de la Ciudad de México.
“Cuando le gané a ese tipo, me di cuenta de que era una mujer valiente.
Desde entonces, nunca he tenido miedo de nadie”, confesó a David Ignacio.
Ahora, su valentía se dirige hacia un objetivo más grande: el presidente
Andrés Manuel López Obrador.
A pesar de los ataques y las críticas del gobierno, Xóchitl Gálvez no se amedrenta.
“Tengo los ovarios para enfrentarlo”, declaró audazmente en una reciente charla en Chihuahua
según relató uno de sus asesores a The Washington Post.
Pero, ¿qué hace que Xóchitl Gálvez sea tan especial? No es solo su historia de superación o su
valentía.
Es su autenticidad. Ya sea montando una bicicleta eléctrica por la ciudad o disfrazándose de
tiranosaurio rex para protestar contra las reformas propuestas por
López Obrador, ella se mantiene fiel a sí misma.
Y el pueblo mexicano lo nota.
Las encuestas sugieren que podría ganar las primarias del 3 de septiembre
posicionándose como la principal candidata de la coalición opositora para las
elecciones presidenciales de junio.
Sin embargo, el camino hacia la presidencia no será fácil. Jorge Castañeda
exsecretario de Relaciones Exteriores de México, señaló en conversaciones con
David Ignacio que, aunque López Obrador no pueda postularse nuevamente
probablemente seguirá siendo una figura dominante en la política mexicana.
Xóchitl Gálvez es consciente de los desafíos.
En su entrevista con The Washington Post habló sobre la corrupción y la ineptitud
de la policía, y cómo estos problemas han alimentado la violencia en México.
Aunque no reveló todos los detalles de su plan, dejó claro que su gobierno se basaría
en el Estado de derecho.
Además, no teme hablar sobre el Ejército mexicano que ha ganado poder bajo
López Obrador.
“El Ejército espía a sus ciudadanos y me espían a mí”, afirmó, añadiendo
que está siendo mal utilizado y necesita volver a su verdadero propósito.
Más allá de la política, Xóchitl Gálvez representa algo más profundo para México.
Como mujer indígena lleva consigo siglos de historia y lucha.
Su visión para México es ambiciosa, buscando reformar la economía de libre mercado
del país para hacerla más justa.
Como ella misma le dijo a David Ignacio, en la cultura indígena, el único pecado que
lleva al infierno es quedarse con más dinero del que uno necesita.
En un mundo donde la democracia está bajo amenaza, voces como la de Xóchitl Gálvez
son esenciales.
Su determinación y valentía son un recordatorio de lo que es posible cuando uno lucha
por lo que cree.
Como bien señaló en su entrevista con David Ignacio para The Washington Post,
“Nadie puede controlarme”. Y México, y el mundo, están observando. (I)
Fuente: evafm.net – infobae.com