El Metro de Quito, sin luz al final del túnel
Si cabe la analogía, el Metro de Quito es como un flamante bus del siglo XXI al que le faltan, por lo menos, el chofer, el torniquete
para que los pasajeros pasen y paguen, todo el sistema tecnológico y la red de conexiones de trasbordo.
Sin ello, los 22 kilómetros del túnel construido, los 18 trenes de seis vagones y las 15 estaciones, prácticamente no sirven de mucho.
O, si se trata de cumplir el fin principal, que es el transporte de pasajeros, no sirven de nada, aún.
Su situación no sería tan grave si en el mediano plazo hubiese siquiera un plan para que empiece a rodar.
Más bien, sucede todo lo contrario. En medio de la disputa entre Jorge Yunda y Santiago Guarderas por la Alcaldía, Quito
no sabe cómo se cubrirán todos los faltantes del Metro, con qué dinero (la obra cuesta más de $ 2 mil millones)
quién dirigirá la parte final del proyecto ni en qué tiempo exacto abrirá sus puertas a los usuarios.
Las “preinauguraciones” del exalcalde Mauricio Rodas o de Jorge Yunda que pusieron a funcionar un vagón para tomarse fotos
fueron espejismos, como la inauguración de una bonita sala cuando el resto de la casa solo es palos y ladrillos.
Cualquier ejemplo de obra inconclusa o promesa incumplida sirve para representar la situación del Metro de Quito. (I)
Fuente: evafm.net