El abuso sexual a menores es un reflejo de la violencia en la sociedad ecuatoriana
Quito, 24 oct (Andes).- Marina (nombre protegido) tiene 28 años y recuerda que cuando tenía 14 años su primo empezó a tocarle sus partes íntimas, pese a que ella se resistía él amenazaba con decirle a sus padres, que era ella la que había pedido eso. Se sintió culpable por años.
“Era muy perverso, él tenía como 18 años y se aprovechaba de la ausencia de mis padres para ir a la casa cuando estaba sola», dijo Marina, quien contó que en una ocasión estuvo a punto de ser atropellada por un vehículo porque salió corriendo a la tienda, para evitar ser abusada.
Estas situacones dejaron secuelas en su vida y en sus relaciones sentimentales.
“Por años me sentí culpable, luego entendí que no tenía la culpa, tenía miedo de que se me acerquen y me hagan daño, hasta ahora cuando veo a mi primo siento asco, dolor, tristeza, nunca les conté a mis padres, porque tenía miedo de que ellos sufran”, relató.
Ahora luego de estos casos denunciados en el país, se animó a buscar ayuda profesional para superar el trauma.
Según la Encuesta Nacional Sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género, el 65% de los casos de abuso sexual fue cometido por familiares y personas cercanas a la víctima.
De acuerdo con datos de la misma encuesta, de los familiares que abusaron de menores, el 40% lo hizo varias veces y el 14%, de manera periódica.
Una de cada cuatro víctimas nunca avisó lo ocurrido y calló por miedo a represalias y vergüenza.
Solo a una de cada tres víctimas que contaron sobre el abuso les creyeron y una de cada 10 mujeres informó haber sido víctima de abuso sexual cuando era niña o adolescente.
Del total de casos, solo el 15% fue denunciado y solo el 5% fue sancionado.
En un comunicado, Unicef ratificó que la violencia y el abuso sexual constituyen una violación de los derechos humanos y sus consecuencias son profundas en el desarrollo de la niñez, porque las víctimas sufren un daño en su integridad física, síquica y moral.
El representante del organismo internacional en el Ecuador, Joaquín González-Alemán, felicitó la inclusión de la pregunta en la consulta popular para que no prescriban los delitos sexuales contra los niños para impedir que exista impunidad.
“Aplaudimos la inclusión de esta pregunta porque permite visibilizar la problemática de los delitos sexuales contra los niños y envía un mensaje a la sociedad de que esto no debe ser tolerado”, indicó González-Alemán.
Rocío Rosero, representante de la Coalición de Mujeres del Ecuador, dijo que el fenómeno que vive el país es una visibilización de la magnitud de la violencia contra mujeres, niños y niñas, porque hay una menor tolerancia de la sociedad a seguir callando.
Insistió en que los operadores de justicia deben estar capacitados para atender casos de acoso y abuso contra menores de edad, porque a veces no creen en los testimonios de las víctimas, igual ocurre en casos de violencia contra las mujeres.
Dijo que, por ejemplo, la exrectora del colegio réplica Aguirre Abad debió denunciar los casos de abuso sexual en esa institución y no lo hizo.
“Como es posible que no sea consciente que ante un delito no hay otra cosa que denunciar, como ciudadanos, más aún como autoridades, tenemos la obligación de denunciar, esa sensibilidad no existe. Tenemos que levantar nuestra indignación para decir tolerancia cero a la violencia, eso implica cambio de actitud”, enfatizó.
Indicó que la prevención es una tarea de mediano y largo plazo y eso no se solucionará con unos cursos de dos meses, hay que cambiar los patrones socioculturales, tener desde el nivel inicial, una formación basada en la dignidad y en el respeto a las mujeres y los niños.
Sobre el anuncio del Ministerio de Educación, de implementar pruebas sicométricas para los docentes, Rosero explicó que es un instrumento de valoración que va a mostrar las debilidades del candidato o candidata, pero dijo que lo importante es conocer el pasado de quienes son candidatos a ser docentes o autoridades del sistema educativo.
«Las autoridades no pueden elegirse por clientelismo político, porque se pone en cargos a personas que no son idóneas, ni se debe contratar personas que no tienen formación profesional», comentó Rosero.
Augusto Espinosa, exministro de Educación, dijo que los abusos a menores de edad reflejan a una sociedad que tiene problemas de violencia y que casi todos los casos de abuso a menores se produce en las familias y que en los medios de comunicación se venden estereotipos que contribuyen a que tengamos una sociedad violenta.
Perfil sicológico del abusador
El sicólogo Ricardo Jácome manifestó a Andes que las personas que cometen abusos contra menores de edad, en general son solitarias, no tienen un perfil frontal de comunicación en su entorno, ocultan el rostro y bajan la mirada.
Una persona que abusa de menores de edad tiene en su mente ideas de dañar o de perjudicar al prójimo “que podríamos evidenciar como un sicópata o con rasgos sicópatas”.
Jácome advirtió que siempre va a existir una raíz en su entorno familiar o en su crianza, porque eso es una reproducción o un descubrimiento de lo que se ha vivido en el pasado.
“Familias abusadas, son personas que de una u otra manera son agredidas verbal, física o emocionalmente; tienen tendencia a reproducir esos entornos.
Si ha habido una agresión emocional, la persona que no es curada va a tener tendencias a reproducir y dañar a otras personas por un sentido de poder y de sumisión para quienes quiere agredir”, aseveró.
Manifestó que desde el punto de vista médico es posible que el paciente sane pero no totalmente.
«Sí se puede hacer que el individuo tenga progresos y no recaiga en ese comportamiento que afecta a los niños y niñas».
Dijo que las consecuencias legales limitan el trabajo emocional en la persona, porque va a estar encarcelada por el cometimiento del delito, por esa razón consideró indispensable ofrecer recibir ayuda sicológica, para que no reincida posteriormente.
“En su siquis va a estar un deseo de repetir o continuar sus actos, porque no ha habido ninguna intervención, ningún proceso de rehabilitación de sus comportamientos”, expresó el profesional.
La legislación sobre abuso contra menores de edad
En la sección Cuarta del Código Integral Penal, constan los delitos contra la integridad sexual y reproductiva; para sancionar el estupro (art 167) la pena será de uno a tres años.
Este delito es cometido por una persona mayor de 18 años que recurriendo a engaños tenga relaciones sexuales con otra, mayor de catorce y menor de 18 años, que conciente la relación.
El abuso sexual (art 170) si es cometido contra una persona menor de 5 años será sancionado con pena privativa de libertad de 7 a 10 años.
Cuando la víctima sea menor de 14 años o con discapacidad, no tenga capacidad para comprender el significado del hecho o no pueda resistirlo, el agresor será sancionado con pena privativa de libertad de 5 a 7 años.
La violación está tipificada en el artículo 171 y señala que será sancionado con pena privativa de libertad de 19 a 22 años cuando la víctima sea menor de 14 años y se sancionará con la pena máxima cuando la víctima sea menor de 10 años, o el agresor sea tutora o tutor o pertenezca al entorno íntimo o del entorno de la víctima.
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