Djokovic conquista su primer título de Roland Garros
La fecha quedará enmarcada para siempre en la historia del tenis, en general, y de la carrera de Novak Djokovic, en particular. Este domingo en Roland Garros, el serbio completó el Grand Slam, para convertirse en el octavo jugador de todos los tiempos con los cuatro grandes en su vitrina. En la última ronda en París derrotó a Andy Murray por 3-6, 6-1, 6-2, 6-4, en tres horas y cuatro minutos.
El trofeo levantado sobre el polvo de ladrillo francés es el 12º Grand Slam, los mismos que presenta Roy Emerson. Y es que con este título el número uno del Emirates Ranking ATP consiguió cerrar el abanico de cuatro grandes (Abierto de Australia ‘08, ‘11, ‘12, ‘13, ‘15, ‘16, Roland Garros ‘16, Wimbledon ‘11, ‘14, ‘15 y US Open ‘11), algo que sólo habían conseguido antes: Fred Perry, Don Budge, Rod Laver, Roy Emerson, Andre Agassi, Roger Federer y Rafael Nadal.
La Philippe Chatrier acogía una final inédita. La arcilla de París jamás había visto levantar la corona de campeón a las dos espadas que peleaban por la gloria en la final de esta edición, los mismos protagonistas que se habían repartido las finales en dos de los torneos más importantes del calendario en esta superficie sólo unas semanas antes: el Mutua Madrid Open y el Internazionali BNL d’Italia en Roma.
La puesta en escena de Djokovic fue impecable. El estruendo de sus primeros golpes hacía presagiar que la apisonadora serbia se había puesto en marcha. Un break en blanco sirvió para abrir el partido, sin embargo, no fue suficiente para intimidar a Murray. El número 2 del mundo olvidó los nervios y soltó la muñeca.
Movió al balcánico de lado a lado y encontró el antídoto para contrarrestar los cambios de ritmo que su rival proponía. Así en 19 minutos, Murray encadenó cuatro juegos consecutivos para adelantarse 4-1. Agresivo desde el fondo, pero sobre todo tremendamente sólido ante cualquier ataque de su rival, el de Dunblane supo manejar el tiempo del partido en la primera manga.
Mientras tanto, el discípulo de Marian Vajda y Boris Becker no estaba cómodo en la pista. Perdió el ‘feeling’ de los primeros minutos con la pelota y dejó una lista de 13 errores no forzados en el set inicial. Además, como contrapartida el propio Murray conectó 10 winners y lució un 74% de efectividad con su primer servicio, que le permitió asegurar la manga inicial (6-3).
Ante la falta de sensaciones, Djokovic tuvo paciencia. Se limitó a esperar su momento y aprovechar cualquier oportunidad que se presentase. Y la fórmula le dio resultados en el segundo set. Una doble falta de Murray le concedió un nuevo break para despegarse en el marcador (3-0).
Las tornas se invirtieron. Novak activó el rodillo y la balanza ahora se decantaba en los intercambios más largos de su lado. La eficacia en el resto (2/5) y sólo 8 puntos de Murray de 19 que puso en juego con su saque explican la recuperación del serbio, que endosó un 6-1 en el segundo set, poniendo el partido en tablas.
Para entonces Djokovic ya había dado un paso adelante en su juego. Mucho más consistente, sin dar facilidades a su rival, la versión del serbio se acercó a la misma que le ha permitido asegurar el 93,4% de sus partidos en 2016. Un doble break y la capacidad de resistencia cuando Andy apretó las clavijas al resto –salvó 4 opciones de rotura– le dejaron a sólo un set del campeonato (6-2).
El cuarto parcial se abrió como el primero, con un break inicial pero esta vez Djokovic ya había adoptado velocidad de crucero y fue imposible para Murray recuperar la distancia. Y eso que devolvió uno de los breaks, cuando el número uno se disponía a cerrar el encuentro (5-2). Pero era cuestión de tiempo. El serbio firmó la victoria, terminando con 7 quiebres en 14 oportunidades y un total de 41 golpes ganadores. Así relató la última página de su leyenda.
FUENTE: atpworldtour.com