MUSICA ECUATORIANA

Luz Pinos alza el vuelo con su ‘Mariposa azul’

Desde que compuso la canción va encontrando mariposas azules en el camino. La visita de una de ellas hace dos años fue el detonante para escribir Mariposa azul, una canción de despedida tras la muerte de su abuelo, donde fusiona elementos del bolero, la balada, el danzón o la trova.

El tema le presta el título al primer disco de Luz Pinos, cantante ecuatoriana residente en Nueva York, quien trabaja en la producción tras recaudar USD 10 900 por la venta anticipada de su álbum debut. “Mi abuelo murió hace dos años cuando estaba en EE.UU. y no encontraba una forma de despedirme. Tenía mucha frustración y me daban ganas de decirle cosas, un día apareció esta mariposa y a través de la canción pude decirle todo lo que sentía”, indicó Pinos. La cuencana residió en Guayaquil desde los seis años y, hace poco más de cuatro años, partió a estudiar jazz y música contemporánea en EE.UU.

La campaña en el portal Indiegogo, sitio para recaudación global de fondos, superó la meta de USD 10 000, gracias a la contribución de 160 seguidores, a los que ahora mantiene al tanto de los avances de la producción. El gancho fue un video en el que interpreta su primer sencillo y otro con la versión que hizo la artista -de 23 años- del tema Amapola, en el que imprimió su estilo a la bachata de Juan Luis Guerra, cantando a capela y acompañada por Jorge Glem, ganador de un Grammy Latino. Guerra y Roger Zayas -fundador de la orquesta 440- le dieron un impulso en Twitter a la campaña. “Todas las canciones son muy festivas, celebro las relaciones humanas, con temas para darle la bienvenida a una nueva persona o decirle adiós a otra.

Hay mucha familia, esperanza, sentimiento”, indicó la voz mezzosoprano. Tuvo que ir a Estados Unidos a estudiar canto para valorar el pasillo y para comenzar a componer. “Comencé a escribir cuando pasaba por momentos difíciles viviendo sola y lejos de mi hogar. Necesitaba recordarme las cosas lindas y buenas de la vida”. El álbum debut, que incluirá aires folclóricos sudamericanos con “un beso” tropical, contendrá también un pasillo inédito de la autora, La Espera.

Esa pequeña dosis tropical es patente en Mozo, otro de los temas de los que Pinos adelantó un fragmento. Se trata de un danzón, muy alegre para la historia de separación que cuenta. “Estaba trabajando en un estudio en Nueva York y se me ocurrió esa línea melódica y le puse letra. (…) No es ninguna historia real. Es un tipo de burla al sufrimiento cuando el novio se va o la novia te deja, pero la vida sigue”.

La cantante, que define su propuesta como ‘música del mundo’ porque fusiona ritmos del orbe, dice que el arte es una manera de encontrar respuestas a preguntas o miedos personales y que a menudo esas respuestas terminan también aludiendo a las inquietudes de otras personas. “Como compositora me gusta crear espacios donde pueda conectarme con la gente de una forma auténtica. Quisiera lograr ser un puente de encuentro para muchos. Que podamos reencontrar la niñez y volver a disfrutar de las cosas pequeñas sin vergüenzas y sin complejos, con el alma”.


 

FUENTE: elcomercio.com